Críticas de ‘La Cabaña’ – Reseña

Uno de los libros más vendidos y populares en los últimos años en medio de la comunidad evangélica en latinoamérica es este de WM. Paul Yong; una novela de ficción que relata el fin de semana más intenso de ‘Mack’, el protagonista central de la historia.

El autor se ha construido todo un magistral escenario para llevar al lector por un camino pedregoso y lleno de sensibilidad emocional, hasta el perdón. Un mensaje contundente y claro, el amor. 

Confieso que cuando la lectura de esta obra estaba en pleno ‘furor’, la rechacé tajantemente (no soy muy amigo de seguir las tendencias o modas); hasta que en días recientes, un amigo, a quien estimo y respeto mucho por su dedicación a la lectura e interesantes posturas teológicas, me invitó a darle una oportunidad. Fue tal su insistencia, que despertó una gran curiosidad en mí.

Honestamente esperaba mucho menos del libro, y me sorprende que haya tenido tal éxito en ventas y popularidad. No sé si los lectores pasaron por alto algunas de las cosas que quiero reseñar en este artículo, tal vez no las entendieron o quizá creen en ellas muy en el fondo, pero les da temor o vergüenza admitirlo.

Sin embargo, lo que encontré en La Cabaña es una crítica. Una clara postura en contra de paradigmas cristianos, y aborda temas, para nada superficiales. No se me hace extraño entonces el porqué las editoriales cristianas no quisieron distribuirlo en un principio, obligando al autor a hacerlo por sus propios medios. Pero, vuelvo y me pregunto, ¿será que el lector común no lo entendió más allá del asunto obvio y central del perdón?

Crítica a la muerte expiatoria

La primer sorpresa que me llevé en las letras de Young, fue la perla que lanzó en voz de Missy; quien, al hacer un análisis de la leyenda que su padre le cuenta, lanza una sentencia que me desprendió una sonrisa. Ella dijo algo así como; Un padre que envía a morir a su hijo, lo convierte en un Dios malo.

La doctrina de la muerte expiatoria viene siendo criticada en diversos escenarios desde hace varios años atrás. Según sus detractores, este hecho convierte a Dios en un ser sediento de sangre, quien al no poderla satisfacer con la humana, debe enviar a su propio Hijo para así calmar su ira sobre él. La alternativa que plantean es que el verdadero sacrificio de Jesús fue haberse hecho hombre siendo Dios, vivir entre nosotros y por causa de su mensaje y vida, haber sido asesinado; no porque el Padre lo planeara de antemano, sino, como consecuencia, de su voz liberadora y bondad que no encajaba en este mundo dominado por los intereses de los malvados.

Crítica al estereotipo patriarcal de Dios

Por estos días he leído en más de un foro por internet, grandes críticas hacia pastores y/ o teólogos que se atreven a afirmar que Dios tiene rasgos femeninos, o que el Espíritu Santo, bien pueda ser una mujer. Al respecto, el autor de La Cabaña no tiene prejuicios al describir al Padre en su obra como, Una bonachona mujer negra. Esto rompe (o debería)  todos los estereotipos racistas y machistas que han estado presentes por muchos años en medio del cristianismo.

Sin embargo, Paul no deja las cosas de ese tamaño, pues personifica al Espíritu Santo como una joven mujer asiática. En este punto, ha puesto la cereza en el pastel de una manera magistral.

Crítica al sometimiento de la esposa al marido

Como si fuera poco, al parecer el autor se ha propuesto acabar con todo ‘a las patadas’. En un diálogo serio de Mack, el protagonista de la obra, con Dios; este último le explica a su interlocutor la particularidad de las relaciones de Él mismo (Padre, Hijo y Espíritu Santo). En este, el confundido hombre trata de entender que Dios no tiene relaciones de subordinación ni autoridad, y que Él espera que los hombres tampoco. En ese mismo diálogo, La Bonachona Mujer Negra le explica a ‘Mackenzie’ que las relaciones matrimoniales deberían ser de co-sujeción y apoyo, en vez de manifestarse como una jerarquía.

Mención al Universalismo

Al parecer, para Paul Yong, la salvación del hombre es universal. Esto quiere decir que todos los seres humanos, sin distinción de credo, raza, idioma, pecado, etc; compartiremos el cielo con el Padre. Esta postura se sale completamente de lo convencional en medio de la iglesia cristiana contemporánea.

En el instante en el que el personaje principal debe perdonar al asesino (no diré más por si alguien va a leer el libro), el Padre (en este momento de la historia la personificación de Dios es en un hombre) le dice a Mack que debe liberar a quien le hizo mucho daño a través del perdón, pues es su intención restaurarlo e incluirlo en medio de su familia, sus hijos en la estancia eterna.

No solamente esta referencia nos lleva al universalismo, sino que en varias conversaciones de La Cabaña, Dios le manifiesta a su invitado de honor, que Él es amoroso y que no hay fronteras religiosas o de nacionalidad que lo aparten de sus hijos en el propósito final restaurador que tiene para ellos.

Y así, este autor norteamericano le da una cachetada a algunas de las creencias más populares del evangelicalismo. No sé si los lectores se enteraron, pero han hecho de esta obra, un éxito en ventas. Ya se anunció la película basada en este libro… ¡Bien vale la pena verla!

Por: David A. Gaitan
Twitter / @dabycito